¿Qué hay en la caja?
Este juego permite a los niños explorar y desarrollar sus sentidos con más profundidad al animarlos a reconocer objetos sin verlos. Por lo tanto, no es inclusivo para niños que tengan algún tipo de problema visual y también hará que el resto de los niños se pongan en la piel de la gente que sufre de problemas de vista.
Para jugar necesitarás:
- Una caja de cartón antigua o que puedas reciclar. Para preparar la caja, tendrás que dejar un lado completamente abierto y realizar una apertura en el lado contrario de la caja que sea lo suficientemente grande como para que los niños puedan meter sus brazos
- Tantos objetos como niños vayan a hacer la actividad y que quieras que reconozcan
- Una bufanda o un antifaz para cubrir los ojos.
Este juego tradicional es una muy buena opción para mejorar las habilidades motrices de los pequeños. Además, al no poder usar las manos y tener que transportar el huevo tan solo con la boca, los niños se pondrán en la piel de niños que puedan tener algún problema motriz, como por ejemplo poca movilidad de alguno de los brazos.
Para aumentar su dificultad, puedes atar un cordón alrededor de las piernas de los niños para que su movilidad esté más reducida. De esta forma, si hay algún niño con movilidad reducida o dificultades motrices en tu clase, podrán competir con el resto de sus compañeros sin tener ningún hándicap.
Para jugar a este juego inclusivo necesitarás:
- Hacer hueco en la clase para que los niños puedan moverse en línea recta durante al menos 4 o 5 metros.
- Para que sea lo más higiénico posible, necesitarás una cuchara por niño que vaya a jugar al juego.
- Huevos o pequeñas pelotas de goma espuma*.
- Si quieres incrementar la dificultad del juego, lazos o cordones.
Los juegos de manos son muy tradicionales, existen desde hace mucho tiempo, por lo que es un juego fantástico para introducir a tus alumnos. Este juego inclusivo ayudará a mejorar las habilidades motrices de los niños y, también, sus habilidades comunicativas gracias a las rimas que cantarán a la vez que juegan con las manos.
Además, este juego favorece el contacto físico entre compañeros, lo que será beneficioso ya que aumentará la interacción entre niños con necesidades especiales y niños sin ellas. Esto ayudará a los niños a darse cuenta de que no tienen que tener miedo a las diferencias.
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