miércoles, 7 de diciembre de 2022

 Modelo de la transformación y desarrollo de las culturas inclusivas

 

La inclusión en el campo educativo es un modelo que busca transformar las situaciones de discriminación y exclusión por medio de la práctica de valores inclusivos como la igualdad, el respeto la solidaridad y la equidad, dentro de la institución educativa; tiene como finalidad realizar una mejora en la calidad educativa y el proceso enseñanza-aprendizaje, de manera, que los estudiantes ejerzan su derecho a la participación y educación de calidad y construyan espacios de convivencia donde la diversidad es considerada un valor que impulsa los avances de la comunidad.

 

la inclusión educativa, siguiendo a la UNESCO, es el “proceso de abordaje y respuesta a la diversidad de las necesidades de todos los alumnos a través de la creciente participación en el proceso de aprendizaje, las culturas y las comunidades, y de la reducción de la exclusión”

Lo cual se realiza mediante la praxis de los principios de “equidad, cooperación y solidaridad” basados en la heterogeneidad que aseguran el derecho a la educación, permanencia, participación y aprendizaje de los estudiantes con necesidades educativas especiales.

La educación inclusiva es un logro, un paso más, hacia el pleno ejercicio del derecho a una educación de calidad que no se ve limitada a la integración de los estudiantes “tradicionalmente excluidos” en las escuelas regulares, sino que pone énfasis en favorecer su plena participación y aprendizaje dando respuesta a sus necesidades educativas mediante la transformación de los sistemas educativos y otros entornos de aprendizaje, como lo son específicamente: sus culturas, políticas y prácticas educativas

 

Las instituciones educativas son el espacio donde se garantizan los derechos a la educación es el lugar físico y simbólico en el cual se desarrollan las experiencias de socialización, donde los estudiantes construyen sus ideas, conceptos, percepciones y aprendizajes respecto a su propio mundo y al mundo que los rodea; a partir de ello, la escuela es un lugar estratégico donde se fortalece a la sociedad mediante sus prácticas y acciones comunitarias.

 

La misión de las escuelas es preparar ciudadanos que se integren y enriquezcan la sociedad; en ese sentido, son los educandos los que tienen la posibilidad de transformar sus culturas, generar conocimientos y ser movilizadores sociales. Cabe recalcar, como lo aclara Horacio Ferreyra, que la escuela debe ser concebida como “comunidad educativa” donde se encuentran incluidos todos los miembros de la unidad educativa: docentes, directivos, estudiantes y personal no docente.

 

La comunidad educativa es el espacio vital donde las relaciones interpersonales se dan de manera democrática a nivel interno y externo al claustro educativo. La institución educativa como parte de una comunidad educativa es un centro con proyección comunitaria donde se busca desarrollar proyectos de transformación comunitaria que generan identidad y pertenencia en sus miembros. Los agentes de la comunidad educativa tienen la posibilidad de transformar o modificar sus códigos culturales. Es indispensable que la comunidad educativa desarrolle una cultura inclusiva que aporten a la práctica de valores inclusivos y al reconocimiento de la diversidad para una adecuada atención a la diversidad.

 

Las culturas son formas de vidas que se expresan a través de los valores y la interacción de las personas, no se conceptualiza como una “totalidad absoluta” que se perpetúa y determina los comportamientos de sus integrantes, sino que es un “proceso dinámico”, en constante cambio y transformación realizado por los integrantes de la comunidad, por sus historias, ideología, contexto, acciones, creencias y valores.

 

La cultura inclusiva es la búsqueda de procesos de construcción social y la lucha contra ladesigualdad; además, se relaciona con una educación “social, emocional, académica y ética” que tiene como objetivo la transformación del clima escolar.

 

La inclusión se hará presente en la cultura y las prácticas de convivencia que se desarrollen dentro de la comunidad educativa, para lo cual, es necesario una adecuada formación inclusiva, participativa, con trabajo cooperativo y en valores para los docentes, directivos, estudiantes y familias. En especial, se debe rescatar la importancia de la participación de las familias en los procesos educativos, ya que éstas pueden llegar a ser “agentes condicionantes” en los resultados académicos y educativos de calidad de los estudiantes .

 

Para la educación inclusiva, la diversidad es un desafío transformador donde se realizan cambios en las prácticas pedagógicas de manera más humanas; por ello, los estudiantes no deben adaptarse al modelo de educación, sino que la educación se debe adaptar al alumnado incentivando su participación. La centralidad de la educación inclusiva es que todos los alumnos puedan alcanzar el éxito escolar desde sus particulares y potencialidades.

 

La atención a la diversidad no se limita a la atención a los estudiantes con necesidades educativas especiales, sino que considera a todos los integrantes de la institución (PAZ 2018), de manera que a todos se les brinde una calidad educativa, teniendo las mismas oportunidades y sean tratados como iguales, atendiendo la diversidad de cada estudiante, lo cual no es dar a todos lo mismo, sino que hace referencia a lo que necesita cada uno de acuerdo a sus características y necesidades.

 

Según PAZ 2018 “La atención a la diversidad consiste en poner en práctica un modelo educativo que ofrezca a cada estudiante la ayuda pedagógica necesaria para lograr el desarrollo de capacidades, habilidades, intereses y motivaciones en los procesos de aprendizaje”




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